Torre Eistein (Postdam)

Concebida como laboratorio de investigación astronómica, Mendelsohn hizo de ella uno de los monumentos más representativos de la arquitectura expresionista

La arquitectura del expresionismo

La tradición de la vanguardia expresionista alemana de comienzos de siglo pareció resucitar con más fuerza después de la Primera Guerra Mundial. Mientras Alemania se reconstruía, los arquitectos expresionistas lo intentaban desde fuera de la realidad, desde la utopía de un eterno nuevo comienzo. Sin embargo, el sustraerse del expresionismo arquitectónico a la revolución técnica, su negación de que la forma siga a la función y su afán por ver reflejada en un espejo roto la realidad productiva ayudaron, sin duda, a la marginación historiográfica padecida por el movimiento.

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, consiguiendo hacer construcción de tantos ensayos figurativos y simbólicos que otros arquitectos no lograron realizar, aunque es cierto que en casi todas las ocasiones nacieron como un ejercicio gratuito que se agotaba en sí mismo. Se trataba de estímulos gráficos que como en el caso de la Torre de Einstein precedían al hipotético encargo. Esta última es casi una escultura de hormigón, al menos así la había concebido Mendelsohn, aunque al final tuvo que construirla con hierro y ladrillo, cubriéndola con un revoco de hormigón para otorgarle la plasticidad y el movimiento formal que había previsto.