A los pies de la iglesia se construyó un recinto destinado a Panteón Real. En él se recogió la función del viejo enterramiento regio y la tradición que desde antaño habían puesto en uso los reyes ovetenses. Se trata de un espacio cuadrangular, dividido en seis tramos por dos gruesas columnas centrales. Un segundo cuerpo, conocido como Panteón de Infantes y también tripartito, enlaza con la muralla.
Edificada a comienzos en el último tercio del siglo XI, consta del Panteón Real y de la iglesia, sin olvidar un claustro reconstruido en fechas posteriores.