Monasterio de San Juan de los Reyes
Localización
Desarrollo
Para conmemorar el nacimiento del príncipe don Juan y la victoria conseguida en Toro en el año 1476, la reina Isabel funda el convento de San Juan de los Reyes en Toledo. En este lugar la reina tenía el propósito de ser enterrada, aunque posteriormente cambió de opinión tras la conquista de Granada en 1492. Juan Guas será el encargado de llevar a cabo las obras. En San Juan de los Reyes crea un gran complejo de líneas esenciales relativamente sencillas, aunque en ciertas partes incluya bizarrías tales como arcos en esviaje. Los volúmenes se cubren con una espesa decoración en la que tiene mucho que ver un destacado grupo de escultores. Se diseña un edificio de nave única, con capillas entre los contrafuertes, cubriéndose el crucero con un magnífico cimborrio con bóveda de crucería, evocando los modelos mudéjares, mientras que los tramos de la nave se cubren con bóvedas estrelladas. En los hastiales hallamos una de las decoraciones más atractivas de nuestra arquitectura, configurada por el escudo real que cubre por completo el espacio, evitando la monotonía al emplear diferentes tamaños. Elementos vegetales, animales y humanos completan la decoración. Adosado a la iglesia se ubica el claustro procesional, organizado en dos pisos. En el inferior encontramos sencillos arcos apuntados que cobijan una sensacional tracería flamígera mientras que el superior presenta arcos mixtilíneos. Este piso superior se cubre con una excelente techumbre de estilo mudéjar. Como si de una obra de orfebrería se tratase, todo el claustro está decorado con asuntos vegetales y epigráficos. La iglesia y monasterio de San Juan de los Reyes es una muestra significativa de la renovación artística que protagoniza en el siglo XVI no ya la nobleza, sino los propios monarcas.