Finca Güell
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Datos principales
Fecha
1884-1887
Autor
Lugar
Localización
Barcelona
Localización
Desarrollo
La primera obra de envergadura, que Gaudí realizó para la familia Güell, es un anexo a una extensa finca situada en la zona de Las Corts-Pedralbes. Adquirida en 1862, inmediatamente se procedió a su adecuación como residencia señorial, convirtiendo una antigua masía del siglo XVII -parte de una propiedad agrícola- en un palacete de estilo Segundo Imperio, acompañado de una capilla neogótica y rodeado de magníficos jardines, siguiendo el proyecto de Joan Martorell i Montells (1835-1906).En la actualidad no se pueden apreciar sus primitivas dimensiones, pero era una inmensa zona de unos 30.000 m2, cuya área estaría comprendida entre la Plaza Francesc Macià, el Campo del Fútbol Club Barcelona y el Monasterio de Pedralbes. La cesión de la casa y parte de los jardines a la Corona -en agradecimiento por el nombramiento nobiliario del Sr. Güell (1910)-, en 1918; su reconversión en Palacio Real (1919-1924) y el trazado posterior de la Av. Diagonal, mutilaron de tal manera la finca en dos partes, que hoy sólo se pueden adivinar sus límites por algunos fragmentos del muro de cerramiento: un par de puertas descontextualizadas, solitarias y semiocultas entre los edificios universitarios, en la zona de mar; y un pequeño núcleo de edificaciones ajardinadas, en la zona de montaña, que es, indudablemente, la parte más relevante conservada por su belleza y calidad arquitectónica, obra realizada por Antonio Gaudí, en 1884. El conjunto consta de un recinto cerrado por una magnífica puerta de hierro forjado ornamentada con un original dragón; flanqueada por dos pabellones destinados a caballerizas y picadero, a su derecha, y la casa del portero, a su izquierda.
A pesar de la sencillez de los materiales utilizados -tapial y ladrillos- y de la humildad del encargo, Gaudí consiguió un resultado notable tanto a nivel estructural (arcos parabólicos de ladrillos en voladizo, bóvedas tabicadas de perfil parabólico, sistema de ventilación de las cubiertas...) como decorativo, que produce una rica policromía -de cierto regusto oriental- conseguida a base de la combinación de la pintura, el mosaico cerámico -de trencadís, utilizado aquí por primera vez- y el propio material constructivo -ladrillos de colores diferentes-.En cualquier caso, el sector más interesante es el del ingreso, donde Gaudí experimentó un complejo programa iconográfico alusivo a la poesía y a dos personalidades destacadas de su contexto actual: el futuro conde de Güell y su suegro, Antonio López y López, marqués de Comillas (1817 -1883). Los señores Güell utilizaron la propiedad como lugar de reposo preferentemente durante el estío o como albergue de distinguidas personalidades de la época. Antonio López fue un asiduo visitante, sobretodo después del fallecimiento de su primogénito ocurrido en 1876. Junto con él, su capellán privado y amigo, el poeta Jacint Verdaguer i Santaló (1845-1902).El diseño de la portada esta íntimamente ligado a este hecho: a la presencia de los dos anteriores en la finca, y las cualidades de mecenas de las artes que ambos próceres demostraron durante su vida; López sufragando la realización y edición del poema de Verdaguer "La Atlántida," valga como ejemplo interesado, y al apoyo de Güell a los Jocs Florals (Juegos Florales).
Como una transposición en hierro forzado, piedra y ladrillo, Gaudí nos narra el contenido del poema: la sustracción del árbol de los frutos de oro -remate vegetal del pilar de la derecha de la puerta- custodiado por el monstruoso Ladón -dragón de la verja-, en el Jardín de las Hespérides - por el héroe Hércules. Con esta obra, Verdaguer consiguió el Premio Extraordinario de los Jocs Florals, en 1877. También el recuerdo de aquellos eventos está presente en la portada: a media altura del pilar, dentro de un emblema octogonal que encierra la inicial del dueño de la casa, una englantina -rama de rosas silvestres con que se premiaba a los poetas- cruza todo el campo, como constatación del soporte que el Sr. Güell les dispensó siempre. Desde el 3 de marzo de 1956, los pabellones de la antigua Finca Güell albergan la Real Cátedra Gaudí de la Universidad Politécnica de Cataluña.
A pesar de la sencillez de los materiales utilizados -tapial y ladrillos- y de la humildad del encargo, Gaudí consiguió un resultado notable tanto a nivel estructural (arcos parabólicos de ladrillos en voladizo, bóvedas tabicadas de perfil parabólico, sistema de ventilación de las cubiertas...) como decorativo, que produce una rica policromía -de cierto regusto oriental- conseguida a base de la combinación de la pintura, el mosaico cerámico -de trencadís, utilizado aquí por primera vez- y el propio material constructivo -ladrillos de colores diferentes-.En cualquier caso, el sector más interesante es el del ingreso, donde Gaudí experimentó un complejo programa iconográfico alusivo a la poesía y a dos personalidades destacadas de su contexto actual: el futuro conde de Güell y su suegro, Antonio López y López, marqués de Comillas (1817 -1883). Los señores Güell utilizaron la propiedad como lugar de reposo preferentemente durante el estío o como albergue de distinguidas personalidades de la época. Antonio López fue un asiduo visitante, sobretodo después del fallecimiento de su primogénito ocurrido en 1876. Junto con él, su capellán privado y amigo, el poeta Jacint Verdaguer i Santaló (1845-1902).El diseño de la portada esta íntimamente ligado a este hecho: a la presencia de los dos anteriores en la finca, y las cualidades de mecenas de las artes que ambos próceres demostraron durante su vida; López sufragando la realización y edición del poema de Verdaguer "La Atlántida," valga como ejemplo interesado, y al apoyo de Güell a los Jocs Florals (Juegos Florales).
Como una transposición en hierro forzado, piedra y ladrillo, Gaudí nos narra el contenido del poema: la sustracción del árbol de los frutos de oro -remate vegetal del pilar de la derecha de la puerta- custodiado por el monstruoso Ladón -dragón de la verja-, en el Jardín de las Hespérides - por el héroe Hércules. Con esta obra, Verdaguer consiguió el Premio Extraordinario de los Jocs Florals, en 1877. También el recuerdo de aquellos eventos está presente en la portada: a media altura del pilar, dentro de un emblema octogonal que encierra la inicial del dueño de la casa, una englantina -rama de rosas silvestres con que se premiaba a los poetas- cruza todo el campo, como constatación del soporte que el Sr. Güell les dispensó siempre. Desde el 3 de marzo de 1956, los pabellones de la antigua Finca Güell albergan la Real Cátedra Gaudí de la Universidad Politécnica de Cataluña.