Covadonga
Localización
Desarrollo
El Real Sitio de Covadonga se asienta en el concejo de Cangas de Onís (Asturias), a unos 10 km. de dicha población y sobre un estrecho valle dominado por el monte Auseva. En el profundo y estrecho valle del río Covadonga, aparece la silueta de la basílica, en la explanada ante "El Fozón", debajo de la Santa Cueva, tan frecuentes en los bosques asturianos. El origen de la Basílica debemos buscarlo en el reinado de Alfonso I , cuando se construyeron la primera capilla y el monasterio colindante (740), conmemorando la victoria de los astures , encabezados por Pelayo , ante los musulmanes; esto, sin embargo, no ha podido ser todavía corroborado mediante documentos o restos materiales. Se sabe con certeza que, ya en el siglo XII, existía una comunidad de canónigos regulares regida por un abad. Puesta bajo el patronato de los reyes españoles, la abadía colegial fue restaurada por deseo de Felipe II y, más tarde, se levantó una nueva iglesia (1635) para sustituir la del siglo XIII. En 1777 sufrió un incendio y, posteriormente, fue abandonada, hasta que el obispo de Oviedo, Sanz y Forés (1868), se embarcó en una ambiciosa restauración. La actual basílica comenzó a construirse en 1877, terminándose las obras en 1901. Es un templo neorrománico con planta de tres naves rematadas con triple ábside. Dos torres cuadradas flanquean el hastial, terminadas en esbeltas agujas. La construcción de la basílica ha modificado todo el entorno del Real Sitio, completado con una escalinata, nuevas casas de canónigos y el palacio episcopal, así como la inauguración del Hotel Rey Pelayo.
La imagen de la Virgen es una talla de madera policromada, con facciones aniñadas y con el niño en sus brazos. En dos ocasiones se temió por su desaparición, en la guerra Civil (1936 - 39) la primera, y en 1971 la segunda, cuando sufrió una invasión de carcoma y termitas. La imagen también fue sustituida en diferentes ocasiones y, actualmente, es objeto de singular veneración y símbolo secular de los comienzos de la Reconquista cristiana contra los musulmanes. Mención aparte merece el museo, ubicado en la Casa Capitular, que acoge el tesoro de "la Santina", formado por una colección de ofrendas y objetos de notable valor artístico y sentimental. Las piezas más preciadas son las dos coronas que llevan la Virgen y el Niño.
La imagen de la Virgen es una talla de madera policromada, con facciones aniñadas y con el niño en sus brazos. En dos ocasiones se temió por su desaparición, en la guerra Civil (1936 - 39) la primera, y en 1971 la segunda, cuando sufrió una invasión de carcoma y termitas. La imagen también fue sustituida en diferentes ocasiones y, actualmente, es objeto de singular veneración y símbolo secular de los comienzos de la Reconquista cristiana contra los musulmanes. Mención aparte merece el museo, ubicado en la Casa Capitular, que acoge el tesoro de "la Santina", formado por una colección de ofrendas y objetos de notable valor artístico y sentimental. Las piezas más preciadas son las dos coronas que llevan la Virgen y el Niño.