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Datos principales
Rango
XX3
Desarrollo
Entre 1907 y 1909 se reconocen más los referentes cézannianos -que son decididamente fragmentarios- en los trabajos de Braque y Picasso . A partir de 1909 el cubismo hace más perentoria su soberanía, y con ella libera su lenguaje. Los años que van de 1909 a 1911 son cruciales en la definición del cubismo . Tendía a presentar la realidad como una entidad crecientemente ambigua. Picasso y Braque configuraron recursos estilísticos muy afines, en un proceso de aproximación mutua, de diálogo artístico y de intercambio de hallazgos.El antinaturalismo de sus creaciones se expresa, por ejemplo, en la aceptación de la platitud como condición de la imagen pintada: se excluye la perspectiva escenográfica, y las líneas, no sometidas a las leyes de creación de un espacio tridimensional, se convierten sobre todo en vector estructural del cuadro, entendido prácticamente como composición en superficie. Un Desnudo pintado por Pablo Picasso en 1910 hace ver la figura descompuesta en fragmentos simples, interdependientes en el cuadro como no lo están para la visión inmediata de la realidad en nuestra experiencia. El espacio circundante aparece descoyuntado, como si se apretara lo lejano y lo cercano en un mismo cristal que no ofrece sensación de profundidad, sino desmembración de los pianos.La ambigüedad espacial es igualmente notoria en las obras de Braque. En Violín y candelabro, realizado por este pintor en la primavera de 1910, los objetos se perfilan diversamente en una superficie facetada, sin compromiso ilusionista alguno.
Picasso y Braque coinciden en un mismo método estilístico. Douglas Cooper ha tratado de diferenciar el tratamiento pictórico que lucen ambos autores por esos años, diciendo, por ejemplo, que "mientras que las pinturas de Picasso suelen ser más acusadamente lineales, angulares e inmediatas en su presentación, incluso escultóricas en cuanto a su concepción se refiere, las de Braque son más pictóricas, líricas, suaves y cohesionadas". La tesis básica de Cooper, que coincide con la de otros comentaristas, es que Picasso pensaba más en un nuevo tratamiento de las formas sólidas en la imagen, en tanto que para Braque la búsqueda estaba orientada más bien a la trabazón de un espacio pictórico nuevo, esto es, a una original transcripción del espacio en el que juegan los huecos y los llenos.Esta diferenciación, cuyo criterio nunca fue sugerido por Picasso ni por Braque, dejará de parecer plausible a todo aquel que mire con atención un número significativo de obras de estos autores. Si vale en la comparación de algunos ejemplos, no sirve, por ingenua, en la contemplación de otros muchos. Resulta ser clave en el parangón de las obras que el francés y el malagueño realizaron en 1908 y 1909, años que señalan el período del cubismo pionero. Pero sus caminos fueron necesariamente convergentes, sus diferencias se desdibujaron provisionalmente.El cubismo analítico fue un arte esencialmente anónimo. Las diferencias entre autores no son tan perceptibles como las diferencias entre obras concretas, de modo que cada cuadro es individual, pero no personal. La psicología del autor se hace conscientemente discreta, se neutraliza por la fuerza de un estilo, cuyo instrumental se enfría, y que reinterpreta en cada cuadro conforme al tema individual correspondiente y a las intenciones puntuales. Picasso es más resoluto y Braque se esmera más en la delicadeza y la elegancia, pero esto no implica una diferencia de método, de intereses o de concepto plástico. De hecho, el cubismo dio con diversas modalidades de organización de la imagen que no son personales, sino todo lo contrario.
Picasso y Braque coinciden en un mismo método estilístico. Douglas Cooper ha tratado de diferenciar el tratamiento pictórico que lucen ambos autores por esos años, diciendo, por ejemplo, que "mientras que las pinturas de Picasso suelen ser más acusadamente lineales, angulares e inmediatas en su presentación, incluso escultóricas en cuanto a su concepción se refiere, las de Braque son más pictóricas, líricas, suaves y cohesionadas". La tesis básica de Cooper, que coincide con la de otros comentaristas, es que Picasso pensaba más en un nuevo tratamiento de las formas sólidas en la imagen, en tanto que para Braque la búsqueda estaba orientada más bien a la trabazón de un espacio pictórico nuevo, esto es, a una original transcripción del espacio en el que juegan los huecos y los llenos.Esta diferenciación, cuyo criterio nunca fue sugerido por Picasso ni por Braque, dejará de parecer plausible a todo aquel que mire con atención un número significativo de obras de estos autores. Si vale en la comparación de algunos ejemplos, no sirve, por ingenua, en la contemplación de otros muchos. Resulta ser clave en el parangón de las obras que el francés y el malagueño realizaron en 1908 y 1909, años que señalan el período del cubismo pionero. Pero sus caminos fueron necesariamente convergentes, sus diferencias se desdibujaron provisionalmente.El cubismo analítico fue un arte esencialmente anónimo. Las diferencias entre autores no son tan perceptibles como las diferencias entre obras concretas, de modo que cada cuadro es individual, pero no personal. La psicología del autor se hace conscientemente discreta, se neutraliza por la fuerza de un estilo, cuyo instrumental se enfría, y que reinterpreta en cada cuadro conforme al tema individual correspondiente y a las intenciones puntuales. Picasso es más resoluto y Braque se esmera más en la delicadeza y la elegancia, pero esto no implica una diferencia de método, de intereses o de concepto plástico. De hecho, el cubismo dio con diversas modalidades de organización de la imagen que no son personales, sino todo lo contrario.