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Datos principales


Desarrollo


Mortandad por viruelas Costó esta guerra mucho dinero a Diego Velázquez, la honra y un ojo a Pánfilo de Narváez, y muchas vidas de indios que murieron, no a hierro, sino de enfermedad; y fue que, como la gente de Narváez salió a tierra, salió también un negro con viruelas, el cual las pegó en la casa que lo tenían en Cempoallan, y luego un indio a otro; y como eran muchos, y dormían y comían juntos, cundieron tanto en breve, que por toda aquella tierra anduvieron matando. En la mayoría de las casas morían todos, y en muchos pueblos la mitad, que como era nueva enfermedad para ellos, y acostumbraban bañarse en todas las enfermedades, se bañaban con ella y se tullían; y hasta tienen por costumbre o vicio entrar en baños fríos saliendo de calientes, y por maravilla escapa hombre que las tuviese; y los que quedaron vivos, quedaban de tal suerte, por haberse rascado, que espantaban a los otros con los muchos y grandes hoyos que se les hicieron en la cara, manos y cuerpo. Les sobrevino el hambre, y no tanto de pan como de harina, porque, como no tienen molinos ni tahonas, no hacen otro las mujeres sino moler su grano de centli entre dos piedras, y cocer. Cayeron, pues, malas de las viruelas, y faltó el pan, y perecieron muchos de hambre. Olían tan mal los cuerpos muertos que nadie los quería enterrar, y con esto estaban llenas las calles; y para que no los echasen en ellas, dicen que derribaba la justicia las casas sobre los muertos. Llamaron los indios a este mal huizauatl, que suena la gran lepra. Desde la cual, como de cosa muy señalada, contaban después ellos sus años. Me parece que pagaron aquí las bubas que pegaron a los nuestros, según en otro capítulo tengo dicho.

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