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Datos principales


Desarrollo


Capítulo primero Del omixúchitl Hay una flor que se llama omixúchitl, de muy buen olor; parece al jazmín en la blancura y en la hechura. Hay también una enfermedad que parece como almorranas, que se cría en las partes inferiores de los hombres y de las mugeres, y dizen los supersticiosos antiguos que aquella enfermedad se causa de haver olido mucho esta flor arriba dicha, de haverla orinado o de haverla pisado. Capítulo segundo Del cuetlaxúchitl Hay una flor que se llama cuetlaxúchitl; son hojas de un árbol muy coloradas. Hay también una enfermedad entre las mugeres, que se les causa en el miembro mugeril, que también la llaman cuetlaxúchitl. Dezían los supersticiosos antiguos que esta enfermedad se causava en las mugeres por haver passado sobre esta flor arriba dicha, o por haverla olido o por haver sentado sobre ella. Y por esto avisavan a sus hijas que se guardassen de olerla o de sentarse sobre ella o de passar sobre ella. Capítulo tercero De la flor ya hecha Dezían los viejos supersticiosos que las flores que se componen de muchas flores, con que bailan y que dan a sus combidados, que a nadie le es lícito oler el medio de ella, porque el medio de ella está reservado para Tezcatlipuca, y que los hombres solamente pueden oler las orillas. Capítulo cuarto De los maíces Dezían también los supersticiosos antiguos, y algunos aún agora lo usan, que el maíz ante que lo echen en la olla para cozerse han de resollar sobre ello, como dándole ánimo para que no terna la cochura.

También dezían que cuando estava derramado algún maíz por el suelo, el que lo vía era obligado a cogerlo, y el que no lo cogía hazía injuria al maíz, y el maíz se quejava de él delante de dios, diziendo: "Señor, castigad a éste que me vió derramado y no me cogió, o dad hambre porque no me menosprecien". Capítulo quinto De tecuencholhuiliztli; quiere dezir "passar sobre alguno" Dezían también los supersticiosos antiguos que el que passava sobre algún niño que estava sentado o echado, que le quitava la virtud de crecer, y se quedaría ansí pequeñuelo siempre. Y para remediar esto dezían que era menester tornar a passar sobre él por la parte contraria. Capítulo sexto De atliliztli; quiere dezir "bever el menor ante del mayor" Otra abusión tenían sobre el bever. Si bevían dos hermanos, si el menor bevía primero, dezíale el mayor: "No bevas primero que yo, porque si beves primero no crecerás más. Quedarte has corno estás agora". Capítulo séptimo De comiendo en la olla Otra abusión tenían si alguno comía en la olla, haziendo sopas en ella o tomando de ella la maçamorra con la mano. Dezíanle sus padres: "Si otra vez hazes esto, nunca serás venturoso en la guerra, nunca captivarás a nadie". Capítulo octavo De tamal mal cozido Otra abusión tenían cuando se cuezen los tamales en la olla. Algunos se pegan a la olla, como la carne cuando se cueze y se pega a la olla. Dezían que el que comía aquel tamal pegado, si era hombre, nunca bien tiraría en la guerra las flechas, y su muger nunca pariría bien; y si era muger, que nunca bien pariría, que se la pegaría el niño dentro. Capítulo nono Del umbligo Otra abusión tenían cuando cortavan el umbligo a las criaturas rezien nascidas. Si era varón, davan el umbligo a los soldados para que le llevassen al lugar donde se davan las batallas; dezían que por esto sería muy aficionado a la guerra el niño. Y si era muger, enterrávanle el umbligo cerca del hogar, y dezían que por esto sería aficionada a estar en casa y hazer las cosas que eran menester para comer. Capítulo décimo De la preñada Otra abusión tenían. Dezían que para que la muger preñada pudiesse andar de noche sin ver estantiguas, era menester que llevasse un poco de ceniza en el seno o en la cintura junto a la carne.

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