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Datos principales


Desarrollo


En el Capítulo sexto Se trata de las diosas principales que se adoravan en esta Nueva España La primera de estas diosas se llamava Cioacóatl. Dezían que esta diosa dava cosas adversas como pobreça, abatimiento, trabajos. Aparecía muchas vezes, según dizen, como una señora compuesta con unos atavíos como se usan en palacio. Dezían que de noche bozeava y bramava en el aire. Esta diosa se llamava Cioacóatl, que quiere dezir "muger de la culebra"; y también la llamavan Tonantzin, que quiere dezir "nuestra madre". En estas dos cosas parece que esta diosa es nuestra madre Eva, la cual fue engañada de la culebra, y que ellos tenían noticia del negocio que passó entre nuestra madre Eva y la culebra. Los atavíos con que esta muger aparecía eran blancos, y los cabellos los tocava de manera que tenía como unos corneçuelos cruzados sobre la frente. Dizen también que traía una cuna a cuestas, como quien trae a su hijo en ella, y poníase en el tiánquez entre las otras mugeres, y desapareciendo dexava allí la cuna. Cuando las otras mugeres advertían que aquella cuna estava allí olvidada, miravan lo que estava en ella y hallavan un pedernal como hierro de lançón, con que ellos matavan a los que sacrificavan; en esto entendían que fue Cioacóatl la que lo dexó allí. El séptimo Capítulo Trata de la diosa que se llamava Chicomecóatl; es otra diosa Ceres Esta diosa llamada Chicomecóatl era la diosa de los mantenimientos, assí de lo que come y de lo que beve.

A ésta la pintavan con una corona en la cabeça, y en la mano derecha un vaso, y en la izquierda una rodela con una flor grande pintavan; tenía su cueitl y uipilli y sandalias, todo bermejo, y la cara teñida de bermejo. Devió ésta ser la primera muger que començó a hazer pan y otros manjares y guisados. El Capítulo octavo Trata de una diosa que se llamava la madre de los dioses, coraçón de la tierra y nuestra abuela Esta diosa era la diosa de las medicinas y de las yervas medicinales. Adorávanla los médicos y los cirujanos y los sangradores, y también las parteras y las que dan yervas para abortar; y también los adivinos que dizen la buenaventura, o mala, que han de tener los niños, según su nacimiento. Adorávanla también los que echan suertes con granos de maíz, y los que agurean mirando el agua en una escudilla, y los que echan suertes con unas cordeçuelas que atan unas con otras, que llaman mecatlapouhque, y los que sacan gusanillos de la boca y de los ojos, y pedreçuelas de las otras partes del cuerpo, que se llaman tetlacuicuilique. También la adoravan los que tienen en sus casas baños o temazcales. Y todos ponían la imagen de esta diosa en los baños y llamávanla Temazcalteci, que quiere dezir "a abuela de los baños". Todos los arriba dichos hazían cada año una fiesta a esta diosa, en la cual compravan una muger y la componían con los ornamentos que eran de esta diosa, como parecen en la pintura que es de su imagen. Y todos los días de su fiesta hazían con ella areito y la regalavan mucho y la halagavan porque no se entristeciesse por su muerte, ni llorasse.

Y la davan de comer delicadamente y combidavan con lo que havía de comer y la rogavan que comiesse como a gran señora. Y estos días hazían delante de ella ardides de guerra con vozería y regozijo y con muchas devisas de guerra, y davan dones a los soldados que delante de ella peleavan por hazerla plazer y regozijo. Llegada la hora cuando havía de morir, después de haverla muerto con otros dos que la acompañavan en la muerte, la desollavan; y un hombre o sátrapa vestíase su pellejo y traíale vestido por todo el pueblo, y hazían con esto muchas vanidades. Las vestiduras y ornato de esta diosa eran que tenía la boca y barba hasta la garganta teñida con ulli, que es una goma negra; tenía en el rostro como un parche redondo de lo mismo; tenía en la cabeça a manera de una gorra hecha de manta, rebuelta y añudada: los cabos del nodo caían sobre la espalda; en el mesmo nodo estava enxerido un plumaje del cual salían unas plumas a manera de llamas: estavan colgando hazia la parte trassera de la cabeça. Tenía vestido un uipilli, el cual en la estremidad de abaxo tenía una cortapisa ancha y arpada; las naoas que tenía eran blancas; tenía sus cutaras o sandalias en los pies; en la mano izquierda una rodela con una chapa redonda de oro en el medio; en la mano derecha tenía una escoba, que es instrumento para barrer. El noveno Capítulo Se trata de una diosa llamada Tzaputlatena Esta diosa que se dize Tzaputlatena fue una muger, según su nombre, nacida en el pueblo de Tzaputla, y por esto se llama "la madre de Tzaputla", porque fue la primera que inventó la resina que se llama úxitl.

Y es un aceite sacado por artificio de la resina del pino que aprovecha para sanar muchas enfermedades; y primeramente aprovecha contra una manera de bubas o sarna que nace en la cabeça que se llama cuaxocociuiztli; y también contra otra enfermedad es provechosa assimismo que nace en la cabeça, que es como bubas, que se llama chacuachiciuiztli; y también para la sarna de la cabeça; aprovecha también contra la ronquera de la garganta; aprovecha también contra las grietas de los pies y de los labios. Es también contra los empeines que nacen en la cara o en las manos; es también contra el usagre; contra muchas otras enfermedades es bueno. Y como esta muger devió ser la primera que halló este azeite, contáronla entre las diosas y hazíanla fiesta y sacrificios aquellos que venden y hazen este aceite, que se llama úxitl. En el CapÍtulo dÉcimo Se trata de unas diosas que llamavan ciuapipilti Estas diosas llamadas ciuapipilti eran todas las mugeres que morían del primer parto, a las cuales canonizavan por diosas, según esta escripto en el Libro Sexto, en el capítulo veinte y ocho; allí se cuenta de las cerimonias que hazían a su muerte y de la canonización por diosa; allí se verá a la larga. Lo que en el presente capítulo se trata es de que dezían que estas diosas andan juntas por el aire, y aparecen cuando quieren a los que viven sobre la tierra, y a los niños y niñas los empecen con enfermedades, como es dando enfermedad de perlesia, y entrando en los cuerpos humanos.

Y dezían que andavan en las encruzijadas de los caminos haziendo estos daños, y por esto los padres y madres vedavan a sus hijos y hijas que en ciertos días del año en que tenían que decendían estas diosas, que no saliessen fuera de casa porque no topassen con ellos estas diosas, y no los hiziessen algún daño. Y cuando alguno le dava perlesia o otra enfermedad repentina, o entrava en él algún demonio dezían que estas diosas lo havían hecho. Y por esto las hazían fiesta, y en esta fiesta ofrezían en su templo, o en las encruzijadas de los caminos, pan hecho de diversas figuras: unos como mariposas, otros de figura del rayo que cae del cielo que llaman xonecuilli, y también unos tamalejos que se llaman xucuichtlamatzoalli, y maíz tostado que llaman ellos ízquitl. La imagen de estas diosas tiene la cara blanquezina, como si estuviesse teñida con color muy blanco, como es el tíçatl; lo mismo los braços y piernas. Tenían unas orejeras de oro, los cabellos tocados como las señoras con sus corneçuelos, el huipil era pintado de unas olas de negro; las naoas tenía labradas de diversos colores; tenía sus cutaras blancas.

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