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Datos principales


Desarrollo


Capítulo XXI Cómo Ynga Yupanqui mandó matar a su hermano Capac Yupanqui y envió a su hijo, Tupa Inga Yupanqui, a conquistar nuevas tierras Tres madres hermosísimas y amadas de todos los hombres engendran y paren tres hijas feísimas y abominables. Aunque la culpa no es suya, sino de la malicia del hombre que tiene depravada la naturaleza. ¿Quién hay que no ame y quiera la verdad como tan linda y tan bella? Y que sobre todo tiene uno de los principales atributos del inmenso y soberano Dios de quien se deriva toda la verdad. Pero qué hija o hijo tan feo pare, como es el odio que procede della. La conversión, que es la otra madre, siendo una cosa que todos los hombres de buen entendimiento se recrean en ella, y con ella pare y produce un hijo tan desdichado como el menosprecio. La felicidad y honra humana que es la otra madre apetecida, y deseada de todos, pare un hijo o hija tan abominable como es la envidia. Vicio tan asqueroso y aborrecido en general de todos los hombres, y que todos los vicios teniendo algún cebo de que asir y con que llevar tras sí a los hombres, y engañarlos sólo éste es tan infame que se deshace y consume el hombre que le tiene sin gusto, ni contento teniendo tristeza y pena del bien de su amigo. Todo esto traigo con ocasión de lo que sucedió a Ynga Yupanqui viendo la victoria y vencimiento que había habido su hermano y capitán general Capac Yupanqui, que no embargante que la honra y gloria principalmente era suya, y el provecho de la conquista y el señorío y despojos todos le pertenecían y vinieron a su poder y manos todavía triste, apesarado y envidioso, porque no había enviado a su hijo heredero, Topa Ynga Yupanqui, a aquella conquista para que fuera suya la gloria della.

La paga con que satisfizo al desdichado de Capac Yupanqui y el premio que le dio por el aumento de su señorío y riquezas que le había traído fue buscar ocasión de matarle, y al otro hermano Huayna Yupanqui. Para colorear su envidia y dorar su vicio detestable, tomó por achaque, y causa decir que porque se habían dado tan mala maña en cumplir su mandato y ejecutar su orden de matar los Chancas y los habían dejado huir y escapar, y porque sin llevar orden suya habían excedido della y de su mandado, y llegado a Caxa-Marca y conquistado aquella provincia. Y con este color los mandó matar y llevaron en premio de sus servicios ignominiosa muerte. Acabada esta triste tragedia mandó Ynga Yupanqui a su hijo, y heredero que había de sucederle en el señorío, llamado Tupa Ynga Yupanqui, fuese a la guerra con grandísimo ejército y así le despachó, dándole por compañero, porque aún era de poca edad a Topa Capac, su hijo bastardo, y fueron capitanes Yanque Yupanqui y Tilca Yupanqui, el cual fue compañero de armas en esta conquista de Tupa Ynga Yupanqui, su hermano. También fueron con él Amaro Tupa Ynga y Tupa Yupanqui, hermanos de Tupa Yupanqui, de padre y madre. Yapuyanqui Yupanqui, que fue valeroso capitán. Y en vida de su padre Ynga Yupanqui, cuyo hijo mayor fue, conquistó el valle de Amaybamba y echó a los naturales del, y llegó hasta Pilcosuni, cuyos descendientes están al presente en el valle de Amaybamba. Salieron del Cuzco Tupa Ynga Yupanqui y sus hermanos con un numeroso ejército de diferentes naciones, y empezaron su conquista en la provincia de los quíchucas, donde tomaron la fortaleza de Cayara y Tohara y la de Curamba, y en la provincia de los Angares la de Vicolla-Huayla Pucara, y allí prendieron al cacique llamado Chuqui Huamán, en la provincia de Jauja Asiclla Pucara, y en la provincia de Huailas, Achunca Marca, Pilla Huamarca y a Huanuco, y en los Chachapoyas a Pia y a Palcay, a los Paltas y a Pasmayo y a Chimo, y luego la provincia de los Cañares.

Los Cañares, oyendo la fama de Tupa Ynga Yupanqui y los castigos que hacía en quien no le daba luego la obediencia, temerosos de su destrucción les salieron a recibir y le obedecieron, y algunos de ellos que hubo rebeldes, los sujetó por fuerza de armas, y asólo y prendió a sus caciques Pisar Capac y Añar Capac y Chica Capac. Para tenerlos más sujetos hizo una fortaleza famosa en Quinchi Capa, y en esta frontera y fortaleza puso muchos mitimas, que son indios de otras partes traídos allí, como adelante haremos más copiosa relación. Prosiguiendo Tupainga Yupanqui en su conquista, llegó a la muy poderosa provincia de Quito, donde hubo grandísimos rencuentros y batallas con la gente della, pero al fin los venció y postró, prendiendo a su cacique y señor Pillahuaso y lo metió en triunfo cuando volvió al Cuzco. De allí bajó a los Huancas Vilcas, donde levantó y edificó la fortaleza de Huachalla, y desde ella entró a la conquista de los Huancas Vilcas y, aunque dificultosa, mediante la muchedumbre de su gente y el valor e industria de sus capitanes los sujetó, y a los principales, y a Huacapi Huamo y Manta Yucara y Quisiri a Huachumpi y Nina Chumpi.

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