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Desarrollo


CAPITULO IX Noticias del rio Guayaquil y de las habitaciones que pueblan sus orillas, fabrica de las embarcaciones que lo trafican y pesca que se hace en él 454 Como el rio de Guayaquil sea el conducto por donde se executa el comercio de esta ciudad, es forzoso colocar con anticipacion á la noticia del tráfico su descripcion y particularidades para que sobre el conocimiento de ellas recayga mejor el exacto de aquel assunto. 455 La distancia que tiene este rio en lo que es navegable, desde la ciudad hasta las bodegas de Babahoyo, su desembarcadero, la regulan comunmente los que tienen el exercicio de su tráfico por vueltas ó tornos y, siendo todo culebreado, contiene veinte de ellas, aunque hasta el Caracol, que es el puerto del desembarcadero en ibierno, hay veinte y quatro; las mas dilatadas son las tres inmediatas á la ciudad, que pueden tener como dos leguas y media de distancia, y las otras á una con corta diferencia, de lo qual se concluirá que toda la que hay desde Guayaquil á las bodegas de Babahoyo por las diversas direcciones que siguen sus vueltas es de veinte y quatro leguas y media y hasta el Caracol veinte y ocho y media. Estas se andan con mucha variedad en el tiempo conforme á la estacion y á la embarcacion en que se hace el transito. En tiempo de ibierno, navegandolo en chata, se gastan 8 á 9 dias para ir desde Guayaquil al Caracol, y se deshace en dos por ser de baxada; en el verano, en canoa ligera, se sube el mismo transito en tres mareas y se baxa en poco mas de dos, y á este respeto en las demas embarcaciones, siendo siempre mas breve la baxada que la subida por la corriente natural que lleva el rio en las vueltas cercanas á la bodega, donde toda la fuerza mayor de la marea no produce otro efecto que el de hacer parar el agua que baxa.

456 Desde Guayaquil á isla Verde, que es la boca del rio en la ensenada de la Puná, tienen aquellos mismos prácticos computadas seis leguas con corta diferencia, cuya distancia es compuesta de algunas vueltas ó tornos en la misma forma que por la otra parte, y desde isla Verde á la Puná tres leguas; con que, toda la distancia desde el Caracol, puerto mas interior del rio adonde llegan las embarcaciones, hasta el de la Puná es de treinta y siete leguas y media. En la distancia desde isla Verde á la Puná se ensancha tanto que dexa descubrir horizonte por las partes del norte y sur, aunque por la primera en algunos parages se perciben los manglares. 457 En la boca, junto á isla Verde, será su ancho como de una legua y lo mismo en Guayaquil ó aun algo mas, pero desde esta ciudad vá angostandose acia arriba y forma en toda su distancia, además de la madre principal, otros varios brazos ó esteros, de los quales uno tiene el desembocadero enfrente de la ciudad, y su nombre es estero de Santey, y el otro, no muy distante de las bodegas de Babahoyo, á quien dan el de Lagartos. Estos son los mas notables por su capacidad y por apartarse tanto del rio principal que forman en él islas muy grandes. 458 Hasta estas bodegas, como queda yá advertido, llegan en tiempo de verano los efectos de las mareas, deteniendo el curso de las aguas y haciendolas por consiguiente crecer sensiblemente; no assi en el ibierno, que, siendo mayor la fuerza de sus corrientes, solo es perceptible el aumento en las vueltas cerca de Guayaquil, y aun en tres ó quatro ocasiones de él la mucha abundancia de las que recoge hacen del todo desaparecer las mareas, y la primera de ellas es en las inmediaciones de Navidad.

459 La causa principal de las crecientes ó avenidas de este rio proviene de las aguas que recibe de la sierra, pues aunque son muchas las lluvias que tambien participan lo estendido de aquel país, gran parte de estas queda detenida en sus llanos y lagunas, y assi regularmente no se causa la alteracion si no contribuyen á ella las aguas de la sierra. 460 Con estas crecientes tienen movimiento los bancos de arena que median entre la ciudad y isla Verde, de que proviene el ser necessario registrarlos con la sonda y mercarlos para que las embarcaciones mayores puedan entrar sin el peligro de barar en ellos. 461 Están las orillas de aquel rio, no menos que las de Yaguache, Baba y Daule y la de los esteros ó caños que forma, pobladas de casas de campo y de habitaciones de gente pobre de todas castas, donde gozan la inmediacion al rio para la pesca y la oportunidad del terreno para sus sembrados; las pequeñas distancias que median entre unos y otras son tan pobladas de arboledas y de tan varias especies que sería dificil al artificial desvelo la imitacion de la agradable y deleytosa paysería que allí fabricó la naturaleza con la rustica ayuda de aquellas habitaciones que, por particulares, no sería justo omitir su descripcion. 462 El principal y comun material de las casas que pueblan las orillas de aquel rio desde Guayaquil acia arriba se reduce á cañas, de cuyo gruesso particularidades se tocará en su lugar. Con ellas se fabrica todo el techo interior, las paredes, suelo, escaleras de las habitaciones chicas, passamanos y demás necessario, diferenciandose las grandes solamente en las bigas maestras, estantes y escaleras que son de madera.

El methodo con que las fabrican es clavar en el suelo ocho, diez ó doce horcones mas ó menos, segun la capacidad que ha de tener, y de bastante largo porque toda la habitacion es en lo alto; despues atraviesan bigas de unos á otros para sujetarlos, levantadas del suelo como quatro ó cinco varas; sobre estas, ponen cañas de aquellas gruesas, que vienen á ser las bigas intermedias, y encima tienden tablas hechas de las mismas cañas cuyo ancho es de pie y medio, con lo que queda dispuesto el hollado tan firme y decente como si fuera de madera. Del mismo modo hacen las paredes que forman las interiores separaciones, y las exteriores ó son totalmente abiertas para que el fresco no tenga embarazo que le estorve la entrada ó de enrejado á manera de balcón corrido. Para formar el techo en las casas grandes, sientan la cumbrera principal de madera, y todas las demás bigas que baxan de ella á descansar en la vertiente son de caña, sobre las quales entablan con las que se hacen de las mismas; cubrenlo por defuera con hojas de vijahua, y queda concluida á poca costa sin mucho trabajo y con toda la capacidad y conveniencia que se apetece. Para la gente pobre, todo el costo se reduce á su trabajo personal porque, quando se les ofrece hacer casa, entran por los esteros en una canoita pequeña y en el monte mas immediato con solo su machete, cortan la cantidad de cañas que han de menester, la vijahua y bejucos, y, conducido todo á la orilla, forman con las mismas cañas una balza, sobre la qual cargan los demás adherentes; dexanse ir rio abaxo hasta el parage en donde la han de hacer y allí la plantifican, amarrando con los bejucos lo que havian de clavar, y en cortos dias la tienen concluida con todos los repartimientos que necessitan, haviendo algunas tan capaces que no ceden en esto á las de madera.

463 Lo inferior ó baxo, tanto de estas casas como la mayor parte de las de todos los pueblos de la jurisdiccion de Guayaquil, que son en la misma forma, está abierto á todos vientos sin pared baxa ni otra cosa mas que los estantes ó pies derechos sobre que se funda todo el edificio porque, mediante permanecer el suelo hecho cienaga todo el ibierno, no puede aprovecharse para nada aquel cubierto; las que están en sitios donde no llega el agua de las inundaciones las cierran de pared de las mismas cañas, y quedan aquellos baxos muy capaces para servir de bodegas en que se recoge el cacao, otros frutos y mercancias, pero las otras adonde llegan las inundaciones quedan como en el ayre, passando el agua por debaxo; los que habitan en estas tienen sus canoas, providencia que no le falta á ninguno, y con ellas hacen los transitos de unas á otras casas y atienden á lo que se les ofrece, siendo tan diestros en su govierno que una muchacha se mete sola en una tan pequeña, ligera y sutil que á otro menos experto con solo entrar sería bastante para que se volteasse y assi atraviessa la violencia de las corrientes con tanta seguridad como si estuviera en una cosa muy firme, empressa de no corta dificultad para los mejores marineros que no estén acostumbrados á ello. 464 Las continuas aguas del ibierno y la poca fortaleza de los materiales de estas casas obligan á repararlas todos los veranos para que resistan después. Las de los pobres, que son reducidas, casi es menester volverlas á fabricar de nuevo cada dos años de lo que toca á cañas, bejucos y vijahua, pero los estantes principales, en que consiste todo su fundamento, quedan siempre servibles y en estado de recibir la nueva armazón.

465 Si ha sido digno de que llegue á la noticia de todos el modo de las casas, no lo es menos el de sus embarcaciones, que, omitidas por comunes las chatas y canoa, llaman en aquellas partes balzas, nombre que dá bien á entender su hechura mas no las particularidades de su govierno nautico, pues maestras la necessidad y la experiencia dictaron á la rustiquez de los indios el uso y methodo de su navegacion. 466 Componense estas balzas ó jangadas de 5, 7 ó 9 palos de una madera que, aunque allí no la conocen por otro nombre que el de balza, los indios del Darién la llaman pucro, y, segun toda apariencia, ha de ser la que los latinos entienden por ferula, de que hace mencion Columela en el lib. 5, y, hablando Plinio en el lib. 13 cap.22, dice ser de dos especies, la una menor, á quien los griegos nombran nartechia, y la otra mayor, llamada narthex, que es muy alta. Nebrija la llama en castellano caña beja ó caña heja. Don Jorge Juan la ha visto en Malta, donde se cria, y no ha encontrado mas diferencia entre ella y la balza ó pucro que el de ser la caña beja, llamada tambien por los malteses ferula, mucho menor que aquel. La balza, pues, es una madera blanquizca, fofa y muy ligera, tanto que un trozo de tres ó quatro varas de largo y un pie de diametro lo levanta un muchacho y lo lleva de un lugar á otro sin molestia; con esta madera forman la jangada ó balza, como se representa en la figura de la lamin. 8, y sobre ella un soler tillado ó piso L de tablas de cañas, en el qual construyen un cubierto á dos aguas como C, y, en lugar de palo para la vela, la arbolan con una cabria de dos mangles en la manera que lo representa D, y, en las que tienen trinquete, otra de la misma forma.

467 Las balzas no solo navegan en aquel rio sino tambien en la mar, por donde hacen la travesía hasta Paita. Su tamaño es vario, y su exercicio ó destino tambien; unas tienen el de la pesca, otras sirven para el tráfico del mismo rio, conduciendo todo genero de mercancias y frutos desde la bodega hasta Guayaquil y, de allí, á la Puná, salto de Tumbez y Palta, y otras mas primorosamente fabricadas para el transporte de las familias á sus haciendas y casas de campo, donde van con todas las comodidades que pudieran tener en una casa, navegando todo el curso de aquellos rios sin estrañar el movimiento ni echar menos el desahogo, como se podrá inferir de lo largo de ellas, siendo el de los pucros de que se fabrican de 12 á 13 tuessas y hasta dos á dos y medio pies de diametro en su gruesso; assi, los nueve polos que la componen se estienden en ancho cosa de 20 á 24 pies de la tuessa de París, que hacen de tres á quatro de estas, y equivalen á 8 ó 9 varas castellanas, á cuya proporcion son las de siete ó menos palos. 468 Toda la union de los palos que componen esta especie de embarcaciones se hace por medio de bejucos, con los quales se amarren unos contra otros y con los atravesaños que cruzan por arriba tan fuertemente que resisten á las gruessas marejadas en las travesías á la costa de Tumbez y Paita; estos tienen la propiedad que, una vez bien amarrados, no dan de sí con el continuo juego, aunque muy corto, que por necessidad ha de hacer toda esta embarcacion.

No obstante, suele suceder que se descuidan los indios en recorrerlas y ver si los bejucos están vencidos con el tiempo y trabajo para mudarlos y poner otros nuevos en su lugar antes de salir á hacer alguna travesía; de aqui resulta que, cargadas de fardos ú otros generos y batallando con las mares, se les desamarren, se pierda la carga, y perezcan los passageros, no assi los indios porque, asiendose su grande agilidad de un palo, es este para ellos bastante embarcacion con que acogerse al primer puerto. Uno ó dos de estos exemplares sucedieron en el tiempo que nos mantuvimos en la jurisdiccion de Quito, efecto puramente del descuido y tragedia lastimosa hija de la confianza barbara de los indios, que no tienen discurso para precaber tales consequencias. 469 El palo mas gruesso de los que componen la balza lo dexan que sobresalga en largo á los otros por la parte posterior de ella y, contra este, atan uno por cada lado y successivamente hasta completar el numero de los que ha de tener, sirviendo el que queda en medio como de madre ó fundamento de los otros, y por esta razon se componen de numero impar. La carga que regularmente pueden soportar las grandes es de 400 á 500 quintales sin que la immediacion del agua la sirva de ofensa, pues ni entran en ellas golpes de mar ni tiene fuerza para llegarle la que bate entre los palos por seguir todo el cuerpo de la embarcacion á la alteracion y movimiento del agua. 470 Hasta aqui lo correspondiente á su fabrica y el tráfico que hacen, con lo demás que es anexo á ello.

Pero falta que explicar la mayor particularidad de esta embarcacion, y es que navega y bordea quando tiene viento contrario lo mismo que cualquiera de quilla y vá tan segura en la direccion del rumbo que se la quiere dar que discrepa muy poco de él. Esto lo logra con distinto artificio que el del timón, y se reduce á unos tablones de 3 á 4 varas de largo y media de ancho que llaman quares, los quales se acomodan verticalmente en la parte posterior ó popa y en la anterior ó proa entre los palos principales de ella, por cuyo medio y el de ahondar unos en el agua y sacar alguna cosa otros consiguen que orse, arribe, bire de borda por delante ó en redondo y se mantenga á la capa segun conviene la faena para el intento, invencion que hasta ahora se ha ignorado en las mas cultas naciones de Europa y que, descubierta entre los indios solo su maniobra, los fundamentos de ella no fueron penetrados de sus incultos entendimientos ni los han concebido todavia; si su noticia se huviera divulgado antes en Europa, muchos naufragios havrian sido menos lastimosos, salvando las vidas por medio de este recurso los que las han perdido en ellos por su falta, como sucedió el año de 1730 con la fragata del rey la Genovesa, que naufragó en la Vibora, y los que se embarcaron en una jangada que havian fabricado para salvarse no lo consiguieron por haverse entregado á la voluntad de las olas sin mas govierno que el de las corrientes ni otra sujecion que la de los vientos. La atencion de exemplares tan lastimosos me ha animado á dar el fundamento y conclusion de este govierno para que puedan servirse de él los que lo necessitaren, y, para hacerlo con mas acierto, extractaré una pequeña memoria que Don Jorge Juan hizo á este assunto.

471 La determinacion, dice, en que se mueve una embarcacion impelida del viento es en una linea perpendicular á la vela, como lo demuestran M. M.Renau en la Theorica de maniobras, cap. 2 art. 1, Bernoulli, cap. 1 art. 4 y Pitot sec. 2 art. 13, y, como la reaccion sea igual y contraria á la accion, será la fuerza con que se opone el agua al movimiento de la embarcacion en una perpendicular á la vela que vá de sotavento á barlovento, impeliendo con mas fuerza el cuerpo mayor que el menor, en razon compuesta de sus superficies y de los quadrados de los senos de los angulos de incidencia, esto es, en la suposicion de velocidades iguales; con que, se sigue que, siempre que se sumerja un guare en la proa de la embarcacion, orsará y, por el contrario, arribará si se saca. De la misma suerte, sumergiendole en popa, arribará y, sacandole, orsará. Este es el methodo que siguen aquellos naturales para governar las balzas, aumentando el numero de ellos hasta quatro, cinco ó seis para que se mantenga á barlovento, pues, está claro que, cuantos mas se sumergieren, será mayor la resistencia que encontrará la embarcacion á romper el agua por el costado por hacer el oficio de orsas, de que usan los marineros en embarcaciones menores. El manejo de estos guares es tan facil que, una vez puesta la embarcacion en su rumbo, solo uno es el que se maneja, sacandolo ó metiendolo quando es necessario uno ó dos pies, con cuyo corto intervalo tienen suficiente para mantenerla á camino.

472 Es aquel rio y sus esteros muy abundantes de pescado en la conformidad que queda yá advertido. Los indios y gente de color que tiene sus habitaciones en la orilla se emplean algun tiempo en la pesca y para esto se preparan quando quiere terminarse el verano, en el qual han sembrado y cogido yá el fruto de sus pequeñas chacaras. Todas sus prevenciones se reducen á armar las balzas con que han de ir, recorrerlas, amarrarlas y cubrirlas de nuevo con las hojas de vijahua para que puedan resistir á las aguas, hacen providencia de sal para salarla, preparan sus harpones y flechas y se proveen de los viveres necessarios segun el tiempo que han de estar empleados en la pesca, y son maiz, plátanos y algun poco de tassajo. Estando todo esto dispuesto, embarcan dentro de la balza las canoas que tienen, sus mugeres, hijos y los cortos muebles de sus casas. El que possee algunas bacas ó cavallos, que á ninguno le falta uno ú otro aunque sean en corto numero, las echa al monte para que passen el ibierno, y él se larga con su embarcacion y se vá á la boca de algun estero, donde considera que ha de hallar abundancia de pescado; allí se mantiene mientras tiene pesca y, si le falta, passa á otro hasta que la ha concluido y se vuelve á retirará su casa, llevando al mismo tiempo hojas de vijahua, bejucos y cañas para repararla de los daños que haya recibido. Quando se abre la comunicacion con las provincias de la sierra y empiezan á baxar requas, passa con su pescado á las bodegas de Babahoyo, donde lo vende, y, del producto, compra bayeta de la tierra, tucuyo y lo demás que necessita para vestirse él y su familia.

473 El methodo con que hacen la pesca es, estando á la boca de un estero con su balza amarrada á la orilla, tomar una de las canoas con algunas flechas de mano ó harpones y seguir al pez, luego que lo vé, hasta estar en distancia proporcionada; entonces le tira, lo hiere y coge, y le vuelve á servir la flecha para otros muchos. Son tan diestros en esto que es muy raro el que yerren, y, si el parage es abundante, en tres ó quatro horas carga la canoa y se vuelve á la balza para abrirlo y salarlo. 474 Tambien hacen pesquería con yervas, de cuyo methodo se sirven en sitios donde los esteros forman alguna especie de rebalsadero ó laguna. Lo primero es cerrar la boca de esta, y despues machacan la yerva, cuyo nombre es barbasco, incorporandolo al mismo tiempo con algun cebo que coma el pescado, lo qual echan en la laguna ó remanso; y es tanta la fortaleza del jugo de esta yerva que, luego que el pescado come de ella, se emborracha y sobrenada como muerto. Assi, no tiene mas trabajo que el de cogerlo, uno que nada sobre el agua y otro que, aturdido, se dexa ir á las orillas. Todo el pescado menudo muere efectivamente con su violenta actividad pero el grande solo queda como tal por largo rato y despues vuelve en sí, á menos que comiesse mucho de ella; y aunque parece que el pescado assi cogido deberia ser nocivo á la salud, la experiencia tiene acreditado lo contrario; assi, se come sin recelo. A estos dos generos de pesca se añade allí tambien el de chinchorros ó redes, de que solo usan quando, por juntarse muchos en compañia, pueden facilitar el manejo de ellas.

475 El bagre, que es el mayor de los pescados que allí se cogen, pues llegan á tener hasta vara y media de largo, es flemoso, desabrido y malo y, por esta razon, no se come fresco. El robalo es el mas delicado y gustoso pero, como no se halla sino es en los esteros retirados de Guayaquil acia arriba, no pueden gozar de él en aquella ciudad. 476 Con mucha mayor abundancia se harian allí las pescas si la muchedumbre que hay en caymanes ó lagartos, como los llaman en el país, no consumiera el de las otras especies. Este animal es amphibio, tanto habita en el agua como en las riberas y vegas immediatas al rio, aunque por lo regular se alexa poco de sus orillas; es tanta la cantidad de los que se ven en las playas que no se pueden contar, salen á ellas para secarse al sol quando están satisfechos y no parecen sino muchos troncos de madera medio podrida que el rio ha arrojado á ellas, pero, luego que sienten qualquiera embarcacion immediata, se echan al mar y llenan aquel espacio; suele haver algunos tan disformes que exceden de cinco varas de largo. Interin que se mantienen en las playas, tienen abierta la boca, en cuya forma permanecen largo rato hasta que se juntan en ella bastantes mosquitos, moscas y otros semejantes insectos, y entonces la cierran de repente y los tragan. Aunque hay muchas vulgaridades escritas de esta especie de animal, lo que assi yo como todos los de nuestra compañia tenemos experimentado es que huyen de la gente en tierra y, luego que sienten alguna persona, se echan al agua.

Todo su cuerpo está cubierto de conchas muy recias, de modo que el golpe de la bala no les ofende á menos que no se les acierte por el juego del brazuelo, que es la única parte que tienen indefensa. 477 La procreacion de estos animales se hace por huevos, y, quando la hembra está en estado de ponerlos, vá á una de las playas del rio y abre entre la arena un agujero grande, en el qual los vá depositando; el tamaño de cada uno es como el de los medianos de las abestruces, y su cascara no se diferencia en lo blanco de los de gallina pero mucho mas fuerte. En aquel agujero hace la postura de ciento ó mas sin moverse hasta que la ha concluido en uno ó mas dias y despues vuelve á taparlos con la misma arena, teniendo la advertencia de revolcarse sobre ella para dissimular el parage, á cuyo fin no solo lo executa en la que cubre los huevos sino tambien en toda la de toda su immediacion. Despues que ha concluido esto, se vuelve al agua y los dexa allí todo el tiempo que el instinto natural les enseña ser necessario para que los hijuelos salgan del cascarón. Entonces, vuelve seguida el macho y, escarbando la arena, los descubre y vá rompiendo, con cuya diligencia salen los caymancillos en la grande abundancia que se puede considerar, pues, apenas se pierde algun huevo, válos poniendo la madre sobre las conchas de su cuello y lomo para entrarse con ellos en el agua; pero en este tiempo, los gallinazos, que no se descuidan, le roban unos, y el caymán macho, que con el mismo fin concurre, come los que puede hasta que por fin la hembra se echa al mar con los pocos que le quedan, y todos aquellos que se la despegan y no nadan los come ella misma, de suerte que de una tan formidable ovada apenas escapan quatro ó seis.

478 Los gallinazos, de quienes yá se ha hablado en la descripcion de Cartagena, son los mayores contrarios que tienen los caymanes y persiguen sus huevos con una sutileza particular. Hace, pues, uno de ellos la guardia á las hembras en el tiempo que ponen, que es en el verano, quando las playas del rio están descubiertas; y, apostado en sus immediaciones, se está con gran sossiego registrando desde algun arbol, escondido entre sus hojas y troncos para que la hembra que vá á poner no lo descubra; dexala que concluya y aun le concede la satisfaccion de que los tape y dissimule, pero, no bien se ha retirado al agua, quando el gallinazo se dexa caer sobre el nido y con pico, pies y alas quita la arena, descubre los huevos y los vá comiendo sin dexar mas que las cascaras. Gran banquete fuera este para él, que tuvo la paciencia de esperar la ocasion, si otra multitud de su misma especie no acudiera á ayudarle en él y le usurpasse parte del tiempo debido á su trabajo. Esta faena de los gallinazos me ha servido de diversion en algunas ocasiones que hemos hecho el transito de Guayaquil á las bodegas, y entonces he cogido por curiosidad algunos huevos. Muchos de los que tienen el exercicio del rio hacen comida de ellos, y en particular la gente de color quando son frescos. Admirable providencia es esta con que la naturaleza, assi por la propension de los padres como por la de estos pájaros, minora el numero de tales animales, pues, sin ellas, ni cabrian en el rio ni serian bastantes las campañas y aun siendo tan extinguidos por los dos referidos medios, no se puede explicar bien su grande abundancia.

479 Los lagartos ó caymanes son los perseguidores del pescado que se cria en aquel rio y los que, haciendo en él una continua pesca, lo aniquilan, siendo por lo general su mas seguro y comun sustento. El modo que tienen para cogerlo es ponerse ocho ó diez á la boca de algun rio ó estero, como acordandose de la una orilla á la otra, con cuya industria no puede salir ninguno sin passar por su registro ni mantenerse adentro porque otros de la misma especie los acosan en todo su distrito. No puede este animal comer debaxo del agua y por esto, luego que hace presa, saca la cabeza fuera de ella y poco á poco lo vá grangeando desde el extremo de la trompa á lo interior de las quixadas, donde hace la masticacion para tragarlo. Quando han acabado de hacer su pesquería, se retiran á las playas á descansar y dormir, no sirviendoles de estorvo para aquel exercicio las tinieblas de la noche. 480 En hallandose hostigados de hambre, salen á tierra y corren las sabanas cercanas de algun rio ó arroyo; entonces, no están libres de su persecucion los terneros, potros ú otros animales de esta calidad, quedando tan cabados á la carne desde la primera vez que la prueban que despues no hacen caso del pescado; y con la prevenida cautela de acertar mas seguramente el tiro, se valen de la obscuridad para continuar el robo y buscarlos en los parages en que duermen. Los que están cebados en esta forma no exceptuan de su colmillo á los racionales quando la ocasion se les proporciona, y con particularidad se ven estos exemplares mas frequentes en los muchachitos pequeños si, descuidados, quedan en las cercanías de las casas, pues allí con ossada intrepidez han solido acometerles, agarrarlos con la boca y echarse á el agua con ellos para que, al advertido grito del infeliz, no tengan efecto las diligencias de los que acudieren á su defensa; y para lograr su intento, es lo primero que hacen llevarlos al fondo hasta ahogarlos y volver á flotar con ellos para comerlos.

481 Algunas experiencias hay de haver executado lo mismo con los canoeros, quando con poca advertencia se han quedado dormidos sobre las planchas de su canoa, dexando fuera algun brazo ó pierna, descuido que han pagado con la vida, pues, llegando uno de estos animales á asirlo y sacandolo fuera de la embarcacion, se lo ha comido. Los que están cebados en esta forma son siempre muy dañosos, y assi procuran los dueños de las casas, en cuyas immediaciones se han aquerenciado, cogerlos y matarlos. Y el modo es echarles un casonete de madera recia, puntiaguzado en los dos extremos y envuelto en los bofes de algun animal; este casonete está atado á una beta de cuero y assegurada en tierra; llega el lagarto á coger los engañosos bofes y, al tiempo de querer hacer la presa con lo largo de la quixada para engullirlos, se clava una y otra con las puntas y queda incapaz de poder cerrar ni abrir la boca, no menos que de poder hacer daño; entonces, lo sacan á tierra, adonde, enfurecido, acomete á la gente, y esta se divierte en lidiarlo como si fuera un toro, seguro de que el mayor daño que les puede hacer es el de derribar á el que con menos ligereza ó agilidad no procura librarse de su embestida. 482 La estructura de este animal es muy parecida á la de los lagartos terrestres, y esta es la causa porque en aquellos paises se le dá comunmente este nombre; no obstante, la cabeza tiene alguna diferencia pues, como se vé en todas sus pinturas, es muy larga y delgada á la punta, donde forma una trompa ú hozico semejante al de los puercos, lo que regularmente tiene fuera del agua guando está en el rio. De aqui se puede inferir que necessita alguna respiracion del ayre grossero con frequencia; sus dos quixadas están guarnecidas de colmillos muy unidos entre sí, fuertes y terminados en punta. Algunos han querido atribuirles virtudes particulares, assumpto que no podré yo determinar porque nunca las he oido referir en aquel país ni ninguno de mis compañeros de viage, no obstante el esmero con que todos procuramos instruirnos en las noticias y cosas especiales de ellos.

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