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Datos principales


Desarrollo


CAPI'T'ULO II Pártese de las islas Canarias para la de Santo Domingo, llamada de otro nombre la Española, y cuéntase lo que hay, hasta allá y algunas cosas notables Después de haber tomado las Flotas o Navíos refresco en estas islas de Canaria ya dichas, salen de ellas navegando por la misma derrota, hasta una isla que tiene por nombre la Deseada, que está 15 grados de la Equinoccial, 830 leguas de las de Canarias, todas las cuales corren los Navíos sin ver otra tierra ninguna: Tárdase en esta navegación de ordinario 28 ó 30 días. Tiene esta Isla Deseada, que se le puso este nombre porque, como aquel Golfo es tan grande y de tantos días de navegación, cuando la ven es después de haberla mucho deseado. Tiene otras muchas cerca de sí, una de las cuales es la que llaman Dominica, que está poblada y habitada de unos indios a quien los que navegan aquel viaje llaman Caribes, que es una gente que come carne humana, muy diestros de arco y flecha y cruelísimos. Osan tirar las flechas con yerba mortífera y tan ponzoñosa, que por maravilla la herida que con ellas hacen se puede guarecer ni curar con ningún remedio humano. Está esta isla en 15 grados, es pequeña y no de mucha gente; y con ser así, han muerto en ella muchos españoles, hombres y mujeres, de navíos que han acudido allí y, no sabiendo el daño, han saltado en tierra a hacer agua o a lavar su ropa, sobre los cuales dan de repente los indios y los matan y comen, y dicen es carne muy sabrosa, como no sea de fraile, que ésta por ningún caso la comerán, después que les sucedió el caso que se sigue: Como un Navío que iba a Tierra firme arribase a aquella isla, en el cual iban dos religiosos de San Francisco y con el descuido ya dicho y deseo de la tierra saltaron en ella sin temor del daño que les podía venir y estuviesen a la ribera de un río gozando de la frescura de él y recreándose de la larga y penosa navegación que habían llegado desde las islas de Canaria hasta allí: como los Caribes los viesen con este descuido, bajaron de una Sierra y los mataron a todos sin dejar persona a vida.

Todos aquellos días hicieron grandes fiestas comiendo de aquellos cuerpos asados o cocidos. Y como la quisiesen hacer un día de ellos con comer uno de los dos religiosos, que era hombre muy fresco y blanco, todos los que comieron de él se hincharon dentro de pocas horas y murieron rabiando y dando bascas; de donde quedaron escarmentados para no comer jamás de semejante carne De estas maldades han hecho infinitas, y tienen el día de hoy consigo muchos hombres y mujeres españoles a quien han perdonado la vida por servirse de ellos, o por ser niños: los cuales, dicen algunos, que se han huido, andan desnudos como los mesmos Indios y hablan la propia lengua, y que casi están ya convertidos en su naturaleza. Podríase remediar este tan gran daño con mandar Su Majestad a un General de la Flota de Tierra firme o Nueva España se detuviese allí algunos días, que serían menester pocos, y limpiase esta mala gente de aquella isla, que lo tienen bien merecido, dando libertad a los pobres cristianos que están cautivos, que son en cantidad. Y aun dicen por muy cierto que hay algunos de ellos que son gente de mucha calidad. No se puede saltar en esta isla sin que se vea por las espías ordinarias que tienen puestas; y si acaso ven que los que llegan son en gran número y que no los pueden ofender, se están en lo alto del monte o en alcabucos muy espesos hasta que las Naos se van, que es en acabando de hacer aguada o leña. Son grandes traidores y cuando ven la suya acometen, y de esta manera, como queda dicho, han hecho y hacen grandes daños.

Cerca de esta isla Dominica, al Nordeste, está la de San Juan de Puerto Rico, la cual está en 18 grados. Tiene de largo 46 leguas y de ancho 25 y de contorno cerca de 150. Hay en ella mucho ganado vacuno y mucho azúcar y jengibre, y dase muy bien el trigo. Es tierra de mucho oro, y no se saca por falta de gente. Tiene lindos puertos de la banda del Sur, y de la del Norte uno tan seguro y bueno, que por serlo tanto pusieron los españoles a toda la isla Puerto Rico, denominándola del puerto. Hay en toda ella cuatro pueblos españoles, y Obispo e iglesia Catedral, en la cual el día de hoy es Prelado el Reverendísimo Dn. Fray Diego de Salamanca, religioso agustino. Cuando fueron la primera vez los españoles a ella que, según dice el Reverendísimo Dn. Fray Bartolomé de las Casas, Obispo de Chiapa, fue el año de 1509, estaba toda esta isla tan llena de arboledas y frutales, que le pusieron por nombre Huertas, y que había en ella 600 mil indios, de los cuales el día de hoy no ha quedado ninguno. De esta isla a la de Santo Domingo hay 60 leguas, digo de puerto a puerto y de punta a punta solas 12. Vase de un puerto al otro de ordinario en tres días, y la vuelta suele ser de más de un mes, por ser los vientos contrarios.

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