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Datos principales


Desarrollo


Capítulo 34 De cómo los indios mexicanos prendieron quinze españoles Dezían los capitanes: "¡Ea, pues, mexicanos! ¡Ea, pues, mexicanos!" Luego començaron todos a tocar sus trompetas y a pelear con los españoles. Y llevavan de vencida a los españoles; y prendieron quinze españoles. Y los españoles huyeron con los vergantines a lo alto de la laguna. Y a los presos quitaron las armas y despojáronlos, y lleváronlos a un cu que se llama Tlacuchcalco. Allí los sacaron los coraçones delante del ídolo que se llamava Macuiltótec. Y los otros españoles estavan mirando desde los vergantines cómo los matavan. Otra vez vinieron dos vergantines al barrio que se llama Xocotitlan, y como llegaron a tierra, saltaron en tierra por el barrio adelante peleando. Y como vio aquel capitán indio, que se llamava Tzilacatzin, que entravan peleando, acudió a ellos con otra gente que le siguió, y peleando los echaron de aquel barrio y los hizieron acoger a los vergantines. Otra vez vinieron dos vergantines al barrio que se llama Coyonacazco, y saltaron en tierra los españoles y començaron a pelear. Venía allí por capitán Rodrigo de Castañeda. Començaron a echar saetas. Y Castañeda mató a uno con una saeta, y saltaron con él ciertos soldados indios y dieron con él en el agua, y estuvieron a punto de matarle, sino que se escapó asido de un vergatín. Estava otro vergatín de los españoles en el lugar que se flama Tetenanteputzco, cerca de aquella iglesia que se llama Sancta Lucia; otro vergatín estava en el barrio que se llama Totecco, que es cabe la iglesia de Concepción.

Estos vergantines estavan en el agua, aguardando tiempo. Estavan todo el día allí, y a la noche se ivan. Y dende a tres o cuatro días determinaron entre sí los españoles de darnos guerra por allí. Entraron por el camino que se llama Cuauecatitlan, que va derecho hazia donde venden la sal; ivan tantos indios y españoles que no cabían por el camino, porque de una parte y de otra havía agua, y echaron tierra y adoves y maderos para poder mejor pasar. Y como huvieron ensanchado el camino, luego començaron a entrar por el camino en orden de guerra, con su bandera delante y tocando el atambor y pífano. Y venían tras ellos todos los indios de Tlaxcalla y de otros pueblos, que eran amigos. Entraron los españoles con mucha fantasía que no tenían en nada a los mexicanos, y los tlaxcaltecas y otros indios amigos ivan cantando. Y También los mexicanos cantavan de la misma manera, según que solían hazer en las guerras. Y como llegaron a un barrio que se llama Tliloacan, que es agora Sanct Martín, los soldados tlatilulcanos estavan ascondidos y agaçapados por temor del artillería, esperando la pelea y la grita de sus capitanes que mandasen pelear. Y como oyeron el mandato, luego arremetió a los españoles aquel capitán tlatilulcano que se llamava Tlapanécatl Ecatzin. Y començó a dar vozes esforçando a los suyos, y aferró con un español y dio con él en tierra, y tomáronle los otros soldados que ivan con este Tlapanécatl Ecatl.

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