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Datos principales


Desarrollo


Capítulo 19 De la orden que havía en el tiánquez, de la cual el señor tenía especial cuidado El señor tenía cuidado del tiánquez y de todas las cosas que en él se vendían, por amor de la gente popular y de toda la gente forastera que allí venía, para que nadie los hiziesse fraude o sinrazón en el tiánquez. Por esta razón ordenavan, ponían por orden todas las cosas que se vendían, cada cosa en su lugar. Y elegían por esta causa oficiales que se llamavan tianquizpan tlayacanque, los cuales tenían cargo del tiánquez y de todas las cosas que allí se vendían. De cada género de mantenimientos o mercaderías tenía uno de éstos cargo para poner los precios de las cosas que se vendían, y para que no huviesse fraude entre los que vendían y compravan. Estavan en una parte del tiáquez los que vendían oro y plata, y piedras preciosas y plumas ricas de todo género, de las cuales se hazían las divisas o armas para la guerra, y también las rodelas, etc. En otra parte se ordenavan los que vendían cacao y especias aromáticas, que ellos llaman ueinacaztli, tlilxúchitl, mecaxúchitl. En otra parte se ordenavan los que vendían mantas grandes, blancas o labradas, y mastles que entonce usavan unos blancos y otros labrados y otros ricos; y también allí mismo se vendían los vistuarios mugeriles labrados y por labrar, medianos y ricos; también las mantas comunes que ellos llaman cuachtli, áyatl. En otra parte estavan por su orden los que vendían las cosas de comer, como son maíz blanco y maíz açul, escuro o negro, y colorado y amarillo, y frixoles amarillos y blancos y negros y colorados y jaspeados, y unos frixoles negros grandes como havas, y semillas de bledos pardos o cenizientos y colorados y amarillos, y chían blanca y negra, y otra que llaman chiantzótzol.

En este mismo lugar se ordenavan los que vendían sal y gallina, y gallos y codornizes, y conejos y liebres, carne de venado, y aves de diversas maneras, como son ánades y lavancos, y otras aves del agua; también los que vendían miel de maguey y de avejas. De esta orden eran los que vendían chilli que se llama tonalchilli, y chiltecpin, y texyo chilli, y chilli amarillo, y otras maneras de chilli; los mismos vendían tomates que llaman miltómatl y xitómatl. En otra parte se ordenavan los que vendían fruta, como son cerezas y aguacates, ciruelas silvestres, huayavas, batatas y batatas de raízes, que se llaman cuauhcamutli, y çapotes de diversas maneras. También con éstos se ordenavan los que vendían turrones de chían, castañas de raízes de yerva, raízes como regaliz, erizos, que es una fruta que se come, pepitas de calabaça, pepitas grandes de calabaça. También con éstos se ordenan los que venden peces y ranas, y otros pescadillos que son como lagartillos, y otras savandijas que se crían en el agua. También con éstos se ordenan los que venden papel que se haze de cortezas de árboles, y encienso blanco, y goma negra que se llama ulli, y cal, y navajas, y leña para quemar, y maderos para techar las casas, unos cuadrados, otros rollizos, y tablas y pandillas, que son tablas delgadas, y coas y palancas, y palas y remos, y varales y tomizas, y nenquén y cuero labrado, y cotaras, y hachas de cobre para cortar maderos, y punçones y escoplos, y otras herramientas para labrar madera.

También están por su orden los que venden yervas para comer, como son cebolletas y otras yervas que usan de comer, y oauhquílitl, oauhtzontli, etc. También éstos venden xilotes y elotes cozidos, y pan hecho de los penachos del maíz, y pan hecho de elotes, y todas las maneras de pan que se usa, como son tamales y necutamalli, etc. También estavan por su orden los que venden cañas de humo de muchas maneras, que son acacuáuitl y acáyetl, yetlalli. Y también aquí se venden xuchiocótzotl, y los platos para poner las cañas cuando se queman, y otras maneras de vasos de barro, como son apantlecáxitl y tlecuaztli, y lebrillos y ollas y tinajas, y tinajas para hazer uctli, etc., y todas las otras maneras de loça. Y los que tenían cargo de las cosas del tiánquez, si no hazían fielmente sus oficios, privávanlos de ellos y desterrávanlos del pueblo. Y los que vendían algunas cosas hurtadas, como manta rica o piedra preciosa, y cuando se sospechava que aquello era hurtado, si no dava la persona que se lo havía vendido, prendíanle y sentenciávanle a muerte los juezes y señores. Y con esto se ponía temor a la gente para que nadie osasse comprar cosa hurtada.

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